El aprendizaje es el proceso por el cual el ser
humano recibe, interpreta y transforma conocimientos, destrezas, actitudes,
valores, creencias, emociones y sensaciones; realizando cambios perdurables en
sus estructuras internas, que resultan de la práctica o de las experiencias que
recibe del medio que le rodea. Para lograr un aprendizaje significativo se
necesita que el estudiante perciba el nuevo conocimiento adquirido como algo
que tiene sentido para sus propias aspiraciones. El individuo aprende significativamente
aquellas cosas que percibe como útiles para fortalecer su propio yo. Un factor
primordial para lograr el aprendizaje significativo se sustenta en la
eficiencia de la interacción entre el profesor y el alumno; teniendo como meta
que ambos actores deben ser:
• El alumno debe tener la disposición para aprender
a aprender.
• El profesor debe enseñar a pensar.
Partiendo de los diferentes enfoques pedagógicos
que se han desarrollado a través de los años, el docente ha sido el encargado
de transmitir conocimientos, motivar y guiar al alumno en el proceso de
aprendizaje. Buscando alcanzar un verdadero aprendizaje significativo, que
parta de la capacidad de mediación que tenga como facilitador de la actividad
constructiva de sus alumnos.
Mientras que los estudiantes tienen como tarea
principal la creación de su propio conocimiento utilizando como punto de
partida la intervención del profesor sobre la información, el acceso los
recursos didácticos, la información y los contenidos. Esto convierte a los
alumnos en constructores de su propio conocimiento aumentando su autonomía,
regulada y mediada por las estrategias de aprendizaje basadas en el objetivo de
aprender a aprender.
A continuación se presenta un cuadro comparativo,
que muestra las características de diversos enfoques educativos y cómo cada
enfoque define el rol del alumno y el docente de acuerdo a sus necesidades:
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